Climate Blitzscaling: Parte 1
Explorando las oportunidades en el sector de “climate” en el suroeste de Europa (con especial atención a Francia, Italia, Portugal y España)
El primer panel solar no se creó en los 90, fue inventado por Charles Fritts en 1883. La revolución climática lleva siglos fraguándose, y es hora de que os contemos más sobre de que va la cosa.
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Key takeaways (de qué vamos a aprender)
En esta doble edición (parte 2 para la semana que viene), realizamos un análisis de los sectores climáticos claves del sudoeste de Europa (Francia, Italia, Portugal y España) (energía, movilidad, agricultura (agua, alimentos y residuos), el entorno construido y la industria pesada)) para comprender en qué punto nos encontramos y averiguar cuáles serán los próximos avances tecnológicos y oportunidades económicas…
Disclaimer: Esta tesis NO es un consejo de inversión.
Si solo tienes un minuto, mírate esta tabla que utilizamos al final de la lectura para resumir algunos de los problemas que exponemos en esta primera entrega.
Dicho esto, empezamos…
Introducción: Por qué escribimos sobre el clima
Mucha gente no entiende por qué se habla tanto del clima. Bastaría con mencionar que la gran mayoría de los países analizados a lo largo de este breve estudio han sufrido algún tipo de fenómeno meteorológico extremo en el último año. Las temperaturas en la Unión Europea en octubre del año pasado, por ejemplo, fueron las más altas registradas para el mes de octubre de la historia, con graves sequías avanzando por el suroeste de Europa. Podría pensarse que estos acontecimientos solo están afectando a la agricultura y a la seguridad alimentaria. Pero estos sucesos son sólo la punta del iceberg. La oportunidad climática es mucho mayor de lo que parece, demasiado grande como para dejarla pasar, con industrias enteras que se verán alteradas o “reinventadas” en los próximos años.
Y todo esto se dará no (necesariamente) porque todos queramos hacer las cosas mejor o evitar una catástrofe climática, sino porque tiene sentido desde el punto de vista financiero invertir en "darle la vuelta" a estas industrias. Lo que tenemos por delante es una oportunidad económica brutal. Una oportunidad para aprovechar nuestra economía utilizando la sostenibilidad como pilar para construir mejores industrias desde cero. Así que hemos decidido hablar de ello. Concretamente, hemos decidido hablar de las oportunidades que se nos presentan en los próximos diez años para cambiar nuestro planeta y, de paso, ganar dinero.
La forma en que se ha estructurado esta tesis:
Esta tesis está estructurada en 4 secciones que nos ayudan a pasar de la identificación de diferentes problemas a la detección de oportunidades, todo ello mediante el aprovechamiento de datos y hechos. La sección inicial incluye conceptos y definiciones básicas para quienes no estén familiarizados con el tema de “climate”. Las tres secciones posteriores constituyen el núcleo de la tesis o perspectiva propiamente dicha.
Hemos dividido esta tesis en 2 entregas, la 1ª (que publicamos hoy) incluye las secciones 1 y 2 y se centra en ofrecer una introducción a los problemas a los que nos enfrentamos. La 2ª entrega (que publicamos la semana que viene) incluye las secciones 3 y 4 y concluye el informe con oportunidades para construir en el sector y un manifiesto final. Vamos a centrarnos en las secciones de hoy:
1ª sección: La primera sección incluye una explicación general de conceptos básicos (y nos la saltamos en la newsletter - quien quiera que se los lea en la web).
2ª sección: A continuación, nos centramos en señalar cuáles son algunos de los problemas a los que nos enfrentamos, ya sea en sectores específicos en los que hay grandes emisiones de gases de efecto invernadero, grandes problemas que resolver, o cuestiones que están geográficamente ligadas a uno de los países relativos al estudio (Francia, Italia, Portugal y España).
1ª sección: Los conceptos.
2ª sección: Retos para reducir el impacto del cambio climático
Bill Gates, en una imagen promocional del New York Times para la presentación de su libro “How to Avoid a Climate Disaster”
Hemos desglosado los problemas a los que nos enfrentamos para reducir las emisiones en el suroeste de Europa en varias categorías de acuerdo con "Los 5 Grandes Retos". Estas categorías fueron acuñadas por Bill Gates en su libro "How to Avoid a Climate Disaster'' (Cómo evitar un desastre climático) que engloban todas las grandes emisiones que están provocando el aumento de la temperatura de la Tierra, la subida del nivel del mar y las catástrofes climáticas.
Reinventar la mayoría de estas industrias representa una oportunidad económica a la vez que se mitigan los efectos del cambio climático (véase “mitigación” vs. “prevención” en la sección 1) y que, por lo general, incurre en la reducción de los costes de las primas verdes (véase también la sección 1 para el concepto) para crear y producir nuevos productos que sean competitivos con los productos establecidos en el mercado (un coche eléctrico que intenta sustituir a uno de combustión). Esto se complementa con una inmersión en el tema de la adaptación climática y la eliminación general del dióxido de carbono (que también entra en el cubo de la mitigación climática).
Los datos y argumentos que se exponen a continuación pretenden ayudarnos a comprender los próximos retos y oportunidades relacionados tanto con la mitigación del cambio climático (captura de carbono y/o reinvención de industrias) como con la adaptación al clima (evitar o prevenir daños debidos a catástrofes naturales, adaptarse al estrés hídrico, etc.).
Fuentes de datos: Wikipedia, Our World in Data, OCE (Observatorio de Complejidad Económica), AIE (Agencia Internacional de la Energía), etc. (he evitado incluir demasiados hipervínculos para que no parezca demasiado spam, los lectores pueden seleccionar el dato que deseen y copiar-pegar en Google para comprobar la fuente de datos original).
Nuestros retos energéticos
De manera general, los cuatro países del suroeste de Europa que forman parte de la tesis (Francia, Italia, Portugal y España) dependen de los combustibles fósiles como fuente de energía para el consumo energético de la población y son grandes importadores de energía. Aún basando gran parte de la generación total de energía y de electricidad en las renovables, existe un gran problema de dependencia energética.
Francia, por ejemplo, obtiene el 36% de su energía de la energía nuclear (centrales de fisión) y el ~14% restante de las renovables, mientras que el resto procede de combustibles fósiles. Según la AIE, de la electricidad que generó en 2021, el ~70% procedía de fuentes nucleares, mientras que el ~9% provenía de los combustibles fósiles y el ~21% restante de las renovables. Francia ha tenido históricamente un exceso de oferta de energía nuclear y es uno de los mayores exportadores netos de electricidad del mundo. Algunos reactores incluso cierran los fines de semana porque no hay mercado para la electricidad generada.
Por otro lado, entre el 50% y el 70% de toda la energía consumida en Italia, Portugal y España procede de combustibles fósiles (gran parte de la cual se destina al transporte), lo que pone de manifiesto el hecho de que existe una gran oportunidad para crear empresas que aborden este riesgo (con vehículos eléctricos para el transporte o hidrógeno para el almacenamiento de energía como algunas de las múltiples posibilidades). Las energías renovables representan en muchos casos entre el 40% y el 65% de la electricidad que producen estos países, pero esta energía carecía y sigue careciendo de medios adecuados para almacenarla (gran parte de ella se pierde por falta de almacenamiento estacionario - baterías, etc).
Haciendo doble clic en renovables e infraestructura
Si tomamos el caso de la energía solar, por ejemplo, Francia tenía 14.718 MW de capacidad instalada en 2021. La UE, por otro lado, tenía una capacidad total instalada de 173.620 MW. Francia ocupaba el 4º puesto en términos de capacidad instalada, por detrás de España (15.952 MW), Italia (22.698 MW) y Alemania (58.461 MW).
España, que ha crecido en el escalafón hasta el tercer puesto, tiene el mayor potencial de radiación de Europa, pero no estamos adoptando la energía solar con la rapidez con la que deberíamos en comparación a otros países con significativamente menos radiación (cómo es el caso de Alemania).. España anunció recientemente a través de la Fase 1 de su Ley de Cambio Climático y Transición Energética (Mayo de 2022) que planea generar al menos el 74% de su electricidad a partir de energías renovables en 2030. Hablaremos un poco más de lo que esto significa y de la oportunidad que representa la semana que viene.
¿Y qué pasa con los combustibles fósiles?
La Unión Europea está tomando nuevas medidas para reducir su dependencia de las importaciones rusas de energía. Según datos de la Comisión Europea, en 2021 la UE importó de Rusia más del 40% de su consumo total de gas, el 27% de las importaciones de petróleo y el 46% de las de carbón. La energía representó el 62% de las importaciones totales de la UE procedentes de Rusia, representando un gasto total de alrededor ~100.000 millones de dólares. Estas cifras representan un descenso significativo en comparación con las de 2011, cuando la energía representaba casi el 77% de las importaciones de la UE procedentes de Rusia (o el equivalente a ~ 150.000 millones de dólares).
Aunque existe un océano azul de oportunidades de crecimiento en energías renovables, las grandes empresas de los países del sur de Europa siguen invirtiendo en gas y petróleo. Eni, por ejemplo, es la mayor compañía de O&G de Italia, y está considerada una de las siete "Supermajors" petroleras del mundo. Junto con el gigante petrolero francés TotalEnergies, ha anunciado que seguirá invirtiendo en nuevos proyectos de exploración de gas natural en alta mar en Israel y Líbano.
Nuestros retos en agricultura, seguridad alimentaria, y producción
La modernización de la economía ha permitido a los países del suroeste de Europa tener una menor dependencia de la agricultura, la pesca y la ganadería como parte del PIB, pero el impacto medioambiental de estas actividades sigue siendo significativo. En Portugal, por ejemplo, la pesca y la agricultura, que representaban conjuntamente el ~25% de la economía en 1960, experimentaron un fuerte descenso en su peso en el PIB, y ahora sólo representan el ~2,4% del VAB (Valor Añadido/Agregado Bruto), aunque siguen empleando al 7,5% de la población activa.
A pesar de la reducción significativa en la aportación económica al PIB de estos países, el impacto medioambiental de la agricultura se mantiene constante a lo largo del tiempo, sobre todo en países con una gran tradición de exportación de alimentos. Francia ha sido y sigue siendo uno de los principales centros agrícolas del mundo y una "potencia agrícola mundial". Más de la mitad de su superficie total son tierras de cultivo, de las que el 45% están dedicadas a cultivos permanentes como los cereales. Aunque el sector primario genera menos del 2% del PIB, el sector agrícola francés es uno de los mayores en valor y lidera la producción global de la UE. Representa 1/5 de la producción agrícola de la UE, incluyendo más de un tercio de sus semillas oleaginosas, cereales y vino. En 2017, Francia ocupaba el primer lugar en Europa en carne de vacuno y cereales; el segundo en productos lácteos y acuicultura; y el tercero en aves de corral, frutas, verduras y productos manufacturados de chocolate, según datos de la OCE.
La contaminación agrícola generada por estas actividades se divide generalmente en dos categorías: la contaminación procedente de la cría de animales y la contaminación procedente de los cultivos, incluidos los piensos para animales, la alimentación humana y los cultivos para biocombustibles. De la contaminación que proviene de los cultivos, la mayor parte procede del uso excesivo de fertilizantes (ya que muchos de ellos llevan amoníaco "gris") y del intento fallido de regenerar las tierras arruinadas por la plantación excesiva de ciertos cultivos.
Esto representa un reto en la aspiración de Francia, que pretende eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero en su territorio de aquí a 2050. España, Italia y Portugal también presentan retos similares a los de Francia.
Problemas en el sector ganadero
La ganadería, en general, es responsable de cerca del 14,5% de las emisiones mundiales de GEI, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (ONUAA, o más conocida como FAO). El ganado bovino es el principal responsable de las emisiones del sector, con cerca del 62% de las mismas. Francia con alrededor 18-19 millones de vacas, tiene la mayor explotación bovina, y representa un gran impacto de GEI en lo que respecta a las emisiones de metano, al igual que el norte de España, con Galicia, Asturias, País Vasco, por ejemplo, y el norte de Italia (concretamente las Dolomitas y las regiones septentrionales). Más adelante abordaremos algunas de las posibilidades de reducir las emisiones del ganado bovino.
El problema del agua
Las grandes explotaciones y las tierras agrícolas representan un enorme desafío bajo la amenaza de la sequía y la escasez de agua en países áridos cómo España, donde el estrés hídrico es ya un riesgo latente. La escasez de agua es un problema importante en muchas regiones de todo el país y el cambio climático puede agravar significativamente el problema, con períodos más largos de sequía que se darán cada vez con más frecuencia. En toda España hay 18 regiones en situación de emergencia, donde ya se han tomado medidas, 26 en alerta y 29 en las que la situación es preocupante, de acuerdo con el último informe disponible de la Subdirección General de Planificación Hidrológica del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco). Casi la mitad de la superficie española se encuentra en sequía prolongada, según los mismos datos.
En general, las regiones del suroeste de España (cerca de Portugal) son especialmente vulnerables a la escasez de agua, lo que se traduce en un aumento de hasta el 30% en el precio del agua para los hogares, alterando a su vez los precios de frutas, verduras y otros tipos de alimentos afectados por el problema. Además, varias zonas del Mediterráneo se ven perjudicadas por la intrusión de agua salada.
Este asunto no sólo afecta a España, ya que también depende de la disposición de instalaciones de tratamiento de aguas eficientes y eficaces, tanto para las aguas residuales como para el agua potable. Italia, por ejemplo, no invierte lo suficiente como para mantener su suministro de agua potable en niveles adecuados. La Ley Galli, aprobada en 1993, pretendía elevar el nivel de inversión y mejorar la calidad del suministro de agua mediante la consolidación de los proveedores de servicios, haciéndolos más eficientes y aumentando el rendimiento y la eficiencia del sistema a través de los ingresos por tarifas. A pesar de estas reformas, los niveles de inversión han disminuido y distan mucho de ser los adecuados. Los italianos, cómo consecuencia, figuran entre los mayores consumidores de agua embotellada del mundo, con 194 litros per cápita al año.
¿Qué nos afecta en el sector de la fabricación y la industria?
El sector industrial es responsable de casi un tercio de las emisiones mundiales. El suroeste de Europa es una potencia económica en la fabricación de muchos de los productos de alto valor que utilizamos a diario, desde automóviles (España, Italia y Francia) hasta maquinaria crítica (Francia o Italia) y productos farmacéuticos. En industria tenemos dos retos principales:
El reto de descarbonizar la industria pesada (y dejar de depender del gas natural y de procesos ineficientes).
El reto de aprovechar las oportunidades de crear nuevos negocios industriales que se apoyen en la transición energética. Por ejemplo crear gigafactorías en suelo español, o fabricar cemento sostenible.
Pongamos el ejemplo de Italia, el séptimo país con mayor producción industrial del mundo. Italia se caracteriza por un menor número de empresas multinacionales globales en comparación con otras economías de tamaño comparable y muchas PYMEs dinámicas, notoriamente agrupadas en varios distritos industriales. La agrupación de estos negocios representa la columna vertebral de la producción industrial italiana. Italia es uno de los países europeos (junto con Alemania) donde la industria tiene un peso considerable, pero muchos de estos negocios son negocios tradicionales con necesidades evidentes de descarbonizarse y una falta de automatización de procesos y de eficiencia energética latente.
En España, la fabricación de automóviles representa el ~9% del PIB bruto y emplea al ~9% de la mano de obra industrial. Los automóviles, vehículos de motor, piezas y otros accesorios sumaron conjuntamente ~41.000 millones de dólares en ingresos totales procedentes de las exportaciones en 2020 en España, frente a ~28.000 millones de dólares en Italia en el mismo año, según los datos del OCE (Observatorio de Complejidad Económica) para 2020. El país también importa textil de China, Marruecos, Portugal, Bangladesh y Turquía, y a nivel general es el sexto mayor importador de textiles del mundo.
A pesar de estas cifras, la electrificación de vehículos y la adopción de renovables (y de almacenamiento energético) están creciendo a un ritmo mucho mayor en otros países europeos, y algunas de las potencias automovilísticas del Suroeste de Europa corren el riesgo de perder la carrera de las gigafactorías y la electrificación frente a los países del norte de Europa. Northvolt y otros actores de los países nórdicos ya están haciendo frente a la demanda de baterías, mientras que la necesidad de montar plantas que hagan frente a la dicha demanda de vehículos eléctricos seguirá creciendo.
Nuestros retos en movilidad y transporte
Gran parte de nuestra dependencia de las importaciones de energía de EE.UU., Noruega y Rusia se debe a la necesidad de utilizar esta energía para el transporte de vehículos de combustión, mientras que la fabricación de automóviles (como se muestra arriba) representa una gran parte del PIB de todo el suroeste de Europa. Tanto la transición a los vehículos eléctricos como la electrificación de todos los sectores representan enormes oportunidades económicas para abandonar los combustibles fósiles. Pero no nos estamos moviendo hacia la electrificación con el ritmo ni la velocidad requerida, especialmente si nos comparamos a países cómo Noruega, donde el 80% de registros de nuevos vehiculos fue de vehiculos eléctricos.
Echemos un vistazo rápido a los índices de penetración de vehículos eléctricos en estos países para ver en qué situación nos encontramos en comparación a Noruega:
Tasas de electrificación (o vehículos de nueva matriculación en comparación con el número total de vehículos matriculados en 2021):
BEV (Battery Electric Vehicles) o vehiculos de baterías eléctricos:
Francia: ~9.8%
Italia: ~2,3%.
España: ~2,8%.
Híbridos enchufables:
Francia: ~8.5%
Italia: ~2
España: ~5
Datos de la AIE (Agencia Internacional de la Energía), publicados en el “Global EV Outlook” de 2022. En Portugal, los coches eléctricos (tanto BEVs como enchufables) representaron un total del ~20% de los vehículos de nueva matriculación, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) en 2021.
Movilidad eléctrica y bicicletas
Según datos de la Comisión Europea, más del 70% de los ciudadanos de la UE viven en ciudades, generando aproximadamente el ~23% de todas las emisiones de GEI del transporte. La movilidad eléctrica y las bicicletas pueden representar un cambio significativo en el panorama actual y en el futuro de la movilidad urbana, pero ambas necesitan el apoyo de políticas urbanas eficaces y de márgenes rentables para las compañías privadas. El principal problema es que estos medios de transporte solamente sustituyen a los desplazamientos a pie o en transporte público, no a los coches, y la mayoría de compañías privadas (Lime, Bolt, etc.) luchan por alcanzar el número de viajes necesarios para que sus desplazamientos sean rentables debido a la fuerte competencia y, en muchos casos, a la falta de un producto diferenciado. Sin embargo, la consolidación de empresas y la búsqueda de rentabilidad podrían ayudar a vislumbrar un futuro diferente.
Nuestros retos en la descarbonización de edificios y hogares
¿Cómo descarbonizar los edificios? En primer lugar, debemos evaluar lo que entra en juego en la fabricación de estos activos. Los edificios emiten dióxido de carbono de dos maneras: cuando los construimos (utilizando cemento, acero y hierro) y cuando los utilizamos, por ejemplo, con la calefacción, el consumo de energía, y el aire acondicionado. Cambiar los materiales que utilizamos para la construcción es una gran oportunidad de mercado, pero también es intrínsecamente difícil, porque se reduce a un rediseño completo de los procesos existentes (para fabricar acero, cemento, etc.), así que dejaremos esa oportunidad para quienes quieran profundizar en esos temas.
La eficiencia energética, por otra parte, es un elemento clave de la política energética de la UE y puede ser modificada y mejorada país por país. En 2021, la Comisión propuso una revisión de la Directiva de Eficiencia Energética para alinearla con la nueva ambición climática de la UE de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030, en comparación con los niveles de 1990, y lograr conseguir alcanzar un nivel de cero emisiones para 2050. Según datos de la Comisión Europea, los edificios son responsables del 40% del consumo total de energía de la UE y del 36% de las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía.
La calefacción de estos edificios es un gran reto para lograr esta eficiencia. Según cifras de Eurostat, la calefacción por sí sola representó el 62,8% del consumo final de energía en los hogares de la UE en 2020.
Las normas de diseño ecológico y etiquetado energético de la UE han sido un motor clave para aumentar el número de productos energéticamente eficientes en el mercado de la UE. Dichas etiquetas son reconocidas por el 93% de los consumidores y pueden influir en el 79% de sus decisiones de compra de productos energéticamente eficientes, según varias encuestas realizadas por la Comisión Europea.
Impulsar la adopción de energías limpias a través de comunidades energéticas, energía solar y almacenamiento, y otras estrategias eficaces puede ayudar a reducir la dependencia general en los combustibles fósiles para calefacción y refrigeración.
Volviendo a la energía solar, esta vez en los tejados
Las nuevas obligaciones reglamentarias sobre energía solar en edificios, introducidas por el plan REPowerEU, entraron en vigor en mayo de 2022. Como consecuencia, todos los diseños de nuevos edificios deberán optimizar su potencial de generación de energía solar, y los edificios comerciales y edificaciones públicas nuevas (y existentes) a partir de un cierto tamaño deberán poseer generación solar a partir de 2027, mientras que a partir de 2029 esta política se aplicará también en todos los edificios residenciales nuevos de cierto tamaño. La “Estrategia de Energía Solar” de la UE, y en particular la Iniciativa de Cubiertas Solares, también contribuirán a aumentar el rendimiento energético del sector solar en Europa.
¿Cuáles son los retos entonces, a modo resumen?
Algunos de nuestros retos, a modo resumen. Elaboración: Demoat.
En la segunda parte de esta tesis climática, que saldrá en unas semanas, nos centraremos en conectar estos problemas (mediante más datos) con las oportunidades y terminaremos con un manifiesto final.
Un abrazo,
El equipo de Demoat